Historia y tradición de la limonada leonesa
¡Vamos a “matar judíos”! Este es el grito de “guerra” con el que los leoneses comienzan su Semana Santa. ¡Pero tranquilos! Esta expresión no tiene nada que ver con el antisemitismo ni mucho menos, ya que hoy en día se la considera una expresión puramente gastronómica.
“Matar judíos” en León hace referencia a una de las bebidas con más arraigo de la Semana Santa, la limonada leonesa, la cual se elabora a base de vino, azúcar, zumo de cítricos (como limón y naranja) y con un toque especial de canela que potencia el sabor de esta.
A pesar de que esta receta es la tradicional, cada bar o restaurante suele elaborar la suya propia añadiendo también, en algunos casos, higos o, incluso, algún licor. Precisamente, esta expresión se entiende como el acto de procesionar de un bar a otro en busca de la limonada perfecta cumpliendo así con la tradición año tras año.
Tras el parón por la crisis sanitaria, León y su provincia vuelven a recuperar en estos días no solo su pasión, sino una de las tradiciones gastronómicas y culinarias más antiguas de las que se tienen constancia.
Bien es cierto que esta bebida se ha popularizado también en otras provincias de la Comunidad, como en Ávila, Segovia o Soria, aunque solo en la provincia de León se utiliza el término “matar judíos” para referirse a esta tradición.
Tal es su afán, que durante estas fiestas se pueden llegar a consumir más de 200.000 litros de limonada según informan desde la Academia Leonesa de la Gastronomía. Lo que no es de extrañar, pues todos los bares preparan sus limonadas y sus tapas para su Semana Santa, muchos de ellos de manera artesanal como dicta la tradición.
Y es que, esta festividad es uno de los acontecimientos turísticos, culturales y gastronómicos más importantes para la ciudad y, como no, para su hostelería, que hace vibrar sus calles de pasión y emoción.
Origen y Leyendas
Y es que, a pesar de que la tradición sobrevive, bien es cierto que los orígenes, además de confusos, son, también, algo oscuros. Hay muchas leyendas y mitos sobre el origen de esta expresión y, también, sobre la elaboración de esta bebida. Aunque no se puede atribuir a un hecho concreto, lo que si podemos afirmar es que está relacionado con la historia de agresiones que sufrió el pueblo judío de la ciudad de León durante la Edad Media. Incidentes que se agravaban durante los festejos de la Semana Santa por querer vengar la muerte de Jesucristo.
En relación a esto, tenemos las primeras teorías sobre el origen de esta expresión. La primera de ellas haría referencia al hecho de querer frenar por parte de las autoridades civiles y eclesiásticas la sed de venganza de los cristianos hacia los judíos y evitar así una matanza en las juderías de León. Estas, en sus inicios, se encontraban situadas en Puente Castro, Castrum Iudeorum (‘Castro de los Judíos’), para posteriormente, en el año 1196, trasladarse al barrio de Santa Ana, a las afueras de la ciudad, tras ser destruida la judería de Puente Castro por castellanos y aragoneses.
Por lo que, para evitar estos ataques, autorizaban, a pesar de que durante la Semana Santa estaba prohibido el consumo de alcohol, la ingesta de una bebida más suave que el vino, la limonada, con el fin de paliar los ánimos de los cristianos. El objetivo es que, en su camino hacia las juderías, desde la Catedral hasta Santa Ana, las tabernas fueran su mayor reclamo y ahogaran su sed de venganza en la limonada. Por cada vaso bebido era como “matar a un judío”.
Hay otras versiones que, sin embargo, son todo lo contrario a esta, como la que hace referencia a la intención de emborrachar al sereno con esta bebida para que, precisamente, los cristianos pudieran tomarse la justicia por su mano sin que nadie pudiera interponerse. Por lo que, en este caso, la traducción de “matar judíos” sería la más literal.
Pero hay muchas más, como la que tiene como protagonista a un conocido caballero leonés, Suero de Quiñones, del cual se cuenta que atacó la judería una noche de Jueves Santo. Algunos dicen que por venganza contra un prestamista que le debía dinero y otros por desacato contra el Rey Juan II de Castilla por proteger a la comunidad judía, ya que atacarles equivalía a un acto de rebeldía contra la autoridad real. De igual forma el resultado era el mismo, celebrar el ataque bebiendo vino.
Otra de las teorías nada tiene que ver, en su contexto más literal, con la matanza de esta comunidad, si no, más bien, con su expulsión. Estamos hablando del año 1609 cuando el decreto dictado por el Rey Felipe III dio lugar a la expulsión definitiva de los judíos de León, ya que el edicto de los Reyes Católicos no consiguió la expulsión de todos los judíos. Su leyenda dice que los cristianos conmemoraron esta victoria, como no, bebiendo vino y, por cada vaso, se “expulsaba o mataba a uno de ellos”. En relación a esto, cuando Fernando el Católico firmó el primer decreto de expulsión de los judíos en 1492, cuentan que pronunció la frase: «Limonada que trasiego, judío que pulverizo«.
Receta tradicional de la limonada leonesa
Como comentábamos al principio del artículo, existen múltiples recetas para elaborar esta bebida de Semana Santa, pero nosotros nos vamos a quedar con la más antigua y con la receta que muchos bares realizan de forma artesanal como marca la tradición.
• Para comenzar a preparar la mezcla vamos a necesitar vino tinto, agua, azúcar, canela, limones y naranjas. Para preparar la limonada te aconsejamos que utilices un recipiente grande de cristal o una olla de acero inoxidable donde permanecerá la mezcla durante unos días antes de consumirla, ya que hay que dejarla macerar.
• En primer lugar, el vino. Para la elaboración de la limonada lo ideal es que sea un vino tinto, por supuesto, y, a ser posible, de uva Mencía de la DO del Bierzo o Prieto Picudo de la DO de León. Realmente esta bebida se puede elaborar con cualquier tipo de vino, pero estos vinos jóvenes de la provincia son de muy buena calidad y le aportará un gran sabor a la limonada.
• Ahora es el turno de los cítricos, concretamente, de los limones y las naranjas. Utiliza unos 3 limones y una sola naranja. Lávalos y exprime su zumo en el vino y, posteriormente, córtalos en trozos y añádelos a la mezcla.
• En otra cazuela calienta agua y azúcar durante unos diez minutos, aproximadamente, hasta que veas que todo el azúcar se ha disuelto. Ese almíbar que has creado viértelo al vino junto con dos palos de canela.
• ¡Y ya estaría! Solo nos falta dejarla reposar durante unos 4 días y remover y mezclar bien los ingredientes para que se impregnen bien todos los sabores. Es importante que todos los días se remueva dicha mezcla para evitar que el azúcar caiga y quede en el fondo. Finalmente, filtra la limonada con ayuda de un colador y sírvela siempre bien fría. Como consejo, debes consumirla antes de dos o tres semanas desde su preparación, ya que después comenzará a fermentarse.
Como no podía ser de otra manera, en El Mercado lo tenemos todo listo y preparado para disfrutar de nuestra tradición como se merece. Por ello, además de contar, por supuesto, con limonada y nuestras famosas tapas, hemos ampliado nuestra carta para disfrutar de una Semana Santa con la mejor gastronomía leonesa. ¡Te esperamos!